Durante años, tener una aplicación móvil nativa se consideró una señal de que un festival lo había "logrado". Parecía lo profesional: tu propio icono en la tienda de aplicaciones, tu nombre en los teléfonos de la gente, tu logo brillando en sus pantallas. Sin embargo, con el tiempo, los organizadores han empezado a hacerse una pregunta diferente: ¿alguien la usa realmente?
La verdad es que la mayoría de las apps de festivales tienen dificultades para lograr una tracción real. Los asistentes son reacios a descargar algo que solo necesitarán durante unos días. Cuando llegan, muchos no la han instalado, o si lo hicieron, no la han actualizado. Mientras tanto, has gastado semanas (y un presupuesto considerable) construyéndola y enviándola a las tiendas de aplicaciones, solo para terminar comunicándote a través de Instagram de todos modos. La idea de tener una "app nativa" suena impresionante, pero en 2025, rara vez es el mejor uso de tu tiempo o dinero.

El Problema de la Fricción
Una app nativa crea barreras incluso antes de empezar a ayudar. Requiere una descarga, permisos, espacio de almacenamiento y actualizaciones periódicas. Para productos que se usan todo el año, está bien, pero para un evento de tres días, es una exigencia difícil. La mayoría de los asistentes a festivales deciden consultar el horario de camino al recinto, no con semanas de antelación. Esperar que se descarguen e instalen una app en ese momento simplemente no es realista.
Incluso si lo hacen, la aplicación tiene que competir con docenas de otras en sus teléfonos. Las notificaciones push se pueden desactivar, las actualizaciones se ignoran y desinstalarla después del evento es casi automático. Para el organizador, esto significa mucho esfuerzo con muy poco alcance y una herramienta de comunicación que falla exactamente cuando más se necesita: en tiempo real, in situ, cuando las cosas cambian rápidamente.
El Quebradero de Cabeza del Mantenimiento
Las apps nativas no dejan de exigir atención una vez que están activas. Cada nuevo artista, patrocinador o cambio de escenario significa otra actualización, y a menudo, otro ciclo de revisión de la tienda de aplicaciones. Este retraso convierte lo que debería ser comunicación instantánea en un juego de espera. Para cuando se aprueba tu cambio, el problema que intentabas solucionar puede haber terminado.
También está el coste continuo. Mantener apps nativas para iOS y Android requiere tiempo de desarrollo, pruebas y actualizaciones solo para seguir el ritmo de los cambios de software. Esto tiene sentido para grandes marcas anuales, pero no para eventos que viven en ráfagas cortas de alta energía. Los organizadores necesitan herramientas que se muevan tan rápido como sus equipos, no que los ralenticen.

La Alternativa Más Sencilla
Las web apps resuelven estos problemas eliminando la fricción por completo. No hay nada que descargar, ni actualizaciones que aprobar, ni dependencias de tiendas de aplicaciones. Los asistentes acceden a todo al instante a través de un código QR, un enlace o una etiqueta NFC, y la experiencia se siente exactamente igual que una app nativa. Pueden consultar horarios, marcar favoritos, recibir alertas tipo push e incluso recargar pulseras directamente en su navegador.
Para los organizadores, el beneficio es aún más claro: cualquier cambio se publica inmediatamente. Puedes reprogramar una actuación, anunciar un retraso o publicar una promoción de patrocinador en segundos. El público siempre ve la versión más actual y no necesitas personal técnico de guardia para que esto suceda. Es rápido, flexible y está totalmente bajo tu control.
Por eso, tantos festivales, desde reuniones boutique hasta grandes eventos de varios días, están evitando las tiendas de aplicaciones por completo. Obtienen todo el engagement de una experiencia móvil, sin la fricción, el coste o la complejidad. Y a los asistentes les encanta, porque simplemente funciona.
Las apps nativas tuvieron su momento. Tenían sentido cuando la tecnología web móvil no era tan potente como lo es hoy. Pero 2025 es diferente. Las web apps pueden hacer casi todo lo que hace una app nativa: más rápido, más barato y con una adopción mucho mejor.
Así que la verdadera pregunta no es: "¿Debería nuestro festival tener una app?"
Es: "¿Cuál es la forma más sencilla para que nuestro público se mantenga conectado?"
Olvídate de las descargas. Mantén la conexión. Deja que tu web app haga el trabajo.